Especialistas afirman que se ha distorsionado la historia.
Jamás Juan Escutia se arrojó desde lo alto del castillo envuelto en la bandera.
Es falso que los restos de los cadetes estén en el Monumento a Los Niños Héroes.
Este 13 de septiembre se conmemora un año más de la defensa heroica -pero fallida- del Castillo de Chapultepec, ocurrida en 1847 durante la guerra entre México y Estados Unidos.
El historiador Alejandro Rosas comentó que la conmemoración de la Batalla de Chapultepec, del 13 de septiembre de 1847 viene desde el siglo 19, "nada más que se le da énfasis a los Niños Héroes, era para infundir el honor y el orgullo por México, sobre todo encaminada hacia los cadetes del Colegio Militar".
En entrevista con Primitivo Olvera, el especialista mencionó que siempre no se ha contado la historia de ese día como si nada más hubieran sido los seis niños héroes defendiendo al Castillo contra mil 200 soldados norteamericanos, "ahí está el desastre, porque ese 13 de septiembre no solamente fueron esos seis defensores, había más de 50 cadetes defendiendo su colegio que estaba en el Castillo de Chapultepec, además había más de 800 ó 900 soldados mexicanos custodiando y resguardando la posición".
Resaltó que ese 13 de septiembre de 1847 "murieron cerca de 600 ó 700 mexicanos más los seis cadetes, pero todo terminó resumiendo que murieron seis cadetes y por eso se trastocó... lo de Juan Escutia que se envolvió en la Bandera Nacional es una invención, eso lo podemos decir con toda claridad, no hay manera de sostener esa versión, se sabe donde cayó muerto, en una de las laderas más escarpadas de Chapultepec".
Mencionó el historiador que "la Bandera mexicana cayó en manos de los norteamericanos el 13 de septiembre y lo que se debe hacer ahora es conmemorar a todos los defensores de Chapultepec y no sólo a esos jóvenes que desde luego si existieron pero nada tiene que ver con alguien envuelto en la Bandera y aventándose".
Consideró que se ha ido desmitificada la historia de México, se ha logrado un avance para tener más claridad de ella, se ha tenido una versión de la historia durante muchos años en el siglo XX, no había forma de confrontarla; como ciudadanos comunes se aprendía la historia en los libros de texto y de los medios oficiales, eso ha cambiado cuando empieza la divulgación con Enrique Krauze y le siguieron otros historiadores.
En entrevista con Primitivo Olvera, el especialista mencionó que siempre no se ha contado la historia de ese día como si nada más hubieran sido los seis niños héroes defendiendo al Castillo contra mil 200 soldados norteamericanos, "ahí está el desastre, porque ese 13 de septiembre no solamente fueron esos seis defensores, había más de 50 cadetes defendiendo su colegio que estaba en el Castillo de Chapultepec, además había más de 800 ó 900 soldados mexicanos custodiando y resguardando la posición".
Resaltó que ese 13 de septiembre de 1847 "murieron cerca de 600 ó 700 mexicanos más los seis cadetes, pero todo terminó resumiendo que murieron seis cadetes y por eso se trastocó... lo de Juan Escutia que se envolvió en la Bandera Nacional es una invención, eso lo podemos decir con toda claridad, no hay manera de sostener esa versión, se sabe donde cayó muerto, en una de las laderas más escarpadas de Chapultepec".
Mencionó el historiador que "la Bandera mexicana cayó en manos de los norteamericanos el 13 de septiembre y lo que se debe hacer ahora es conmemorar a todos los defensores de Chapultepec y no sólo a esos jóvenes que desde luego si existieron pero nada tiene que ver con alguien envuelto en la Bandera y aventándose".
La historia oficial se encargó, sin embargo, de reducir la jornada de Chapultepec exclusivamente al sacrificio de los jóvenes cadetes y ensalzar hechos que no ocurrieron, o que fueron distorsionados, cuando sus acciones, por sí solas, los colocan en el altar de la patria.
Desde luego fueron héroes por haber tomado las armas para defender el territorio nacional, lo cual por sí mismo es un acto de heroicidad. Fueron héroes porque no tenían la obligación de permanecer en el Castillo por su condición de cadetes. Fueron héroes porque con escasas provisiones y pertrechos militares, resistieron un asedio de más de un día, con fuego de artillería que hacía cimbrar Chapultepec entero. En todo caso, la edad poco importaba, no eran niños, eran adolescentes, la mayoría entre los 18 y 19 años, pero combatieron como hombres.
Aunque la historia de los niños héroes ya se conocía desde el porfiriato, por razones políticas adquirió la dimensión de un “cantar de gesta” en el periodo del presidente Miguel Alemán. La razón era sencilla, en marzo de 1947 el presidente de Estados Unidos, Harry Truman, realizó una visita oficial a México cuando se conmemoraban 100 años de la guerra entre ambos países. Para tratar de agradar a los mexicanos colocó una ofrenda floral en el altar de la patria. Sin embargo, el homenaje tocó las fibras más sensibles del nacionalismo mexicano y desató el repudio hacia el vecino del norte, a tal grado que, al caer la noche, cadetes del Colegio Militar retiraron la ofrenda colocada por la mañana y la arrojaron a la embajada estadounidense.
Consideró que se ha ido desmitificada la historia de México, se ha logrado un avance para tener más claridad de ella, se ha tenido una versión de la historia durante muchos años en el siglo XX, no había forma de confrontarla; como ciudadanos comunes se aprendía la historia en los libros de texto y de los medios oficiales, eso ha cambiado cuando empieza la divulgación con Enrique Krauze y le siguieron otros historiadores.
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